Una mirada de género en el escenario de la transformación digital

La transformación digital, entendida como la integración de la tecnología para la optimización de sus procesos internos y externos, ha sido una prioridad para las organizaciones en los últimos años.

Ahora bien, esta conversación y cambio organizacional debe hacerse, no solo desde la implementación de herramientas tecnológicas, sino desde la participación del talento humano, con una óptica de equidad de género.

Y es que según un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), BID Invest y BID Lab, un 62 % de los representantes de las principales instituciones y entidades vinculadas al ámbito digital en América Latina y el Caribe, consideran que la brecha digital de género es un problema en sus respectivos países, enfatizada por una baja participación de las mujeres en los procesos de transformación digital. Un reto ligado a la falta de desarrollo de habilidades y competencias necesarias en las mujeres.

Según declaraciones de Jorge Hernando Pedraza, secretario general de la CAN (Comunidad Andina), “en América Latina y Caribe el 54 % de las mujeres no acceden a herramientas digitales y el 35 % de las trabajadoras no poseen habilidades científicas, tecnológicas, de ingeniería y matemáticas (STEM), por ello los países andinos estamos llamados a adoptar medidas urgentes”.

Así mismo, el informe Gender Snapshot 2022 de ONU Mujeres, indica que la exclusión de las mujeres del mundo digital ha recortado 1 billón de dólares del producto interno bruto de los países de ingresos bajos y medios en la última década, una pérdida que aumentará a 1,5 billones de dólares en 2025, si no se adoptan medidas significativas.

¿Cuál es el panorama en la región Andina?

Según la Unesco, en la actualidad, se habla de un 30 % de población femenina integrando el sector tecnológico, a nivel regional. En países como Estados Unidos, el cálculo llega hasta un 40 % de mujeres estudiando carreras ligadas a esta especialidad. Según ONU Mujeres, sólo 3 de cada 10 personas que trabajan en tecnología y ciencias de la computación, son mujeres.

En países como Perú la cifra se posiciona alrededor de un 10 % de mujeres trabajando en el sector tecnológico; en Ecuador, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos, hay un poco más de 2.000 mujeres estudiando alguna carrera ligada a la tecnología, cuatro veces menos que el número de hombres en estas carreras. Mientras tanto en Colombia solo 2 de cada 10 estudiantes de carreras relacionadas con tecnología, son mujeres.

Aunque las cifras parecen desalentadoras, plantean un reto interesante para las organizaciones que quieren marcar la pauta en transformación digital e inclusión.

Vale la pena dar una mirada rápida a herramientas y plataformas que hoy son referente en la región y que están aportando a romper con los estereotipos y creencias culturales:

●  Laboratoria (Perú): Impulsa a mujeres que sueñan con un futuro mejor a iniciar o a robustecer una carrera transformadora en tecnología.

Women in Tech (Perú): Organización sin fines de lucro que busca empoderarlas y darles mayor participación en el campo tecnológico. Trabaja en alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) de la ONU en materia de igualdad de género en el acceso a la educación tecnológica.

Mujeres TIC para el cambio (Colombia): Buscan fomentar el acceso y la participación de las mujeres en el campo de las TIC. Esta iniciativa tiene como objetivo cerrar la brecha de género en el uso, apropiación y desarrollo de tecnologías.

Fedesoft (Colombia): La Federación Colombiana de la Industria del Software y Tecnologías Informáticas Relacionadas ha creado el sello ‘Women 4 TIC’que le otorga un reconocimiento especial a las empresas que están generando campañas o iniciativas para cerrar la brecha de género en sus organizaciones.

Observatorio de transformación digital (Ecuador) Trabajan en la construcción y evaluación continua de la hoja de ruta para la transformación digital en Ecuador y su impacto en el ámbito productivo, social y económico.

Para hablar de un verdadero proceso de transformación digital se debe iniciar y recorrer un camino que involucre una perspectiva de género y sumarse a este tipo de proyectos e iniciativas puede ser un gran punto de partida.

Las organizaciones tienen el reto, no solo de garantizar la participación de las mujeres, sino propender por erradicar los estigmas sobre el acceso a las carreras STEM, propiciar escenarios de conversación con una mirada de diversidad, facilitar espacios de formación y capacitación al interior de sus empresas, así como una inversión en el desarrollo del talento humano de manera equitativa.

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