El país que propone Petro

Transcurridos siete meses de Gobierno, Gustavo Petro y su equipo de Gobierno presentaron al Congreso de la República su Plan Nacional de Desarrollo ‘Colombia Potencia Mundial de la Vida’.

Tanto las Bases, cómo el articulado del Plan, responden a una misma estructura propuesta y que contempla cinco (5) transformaciones -que, a su vez, tienen una serie de catalizadores, que permitirán la implementación de cada una- y tres (3) ejes transversales a toda su implementación. Finalmente, se propone un Plan especial para la implementación del Acuerdo de Paz con las FARC – EP y un capítulo especial para el posicionamiento global y regional de Colombia como potencia mundial de la vida.

El Plan, sin duda, refleja las principales líneas estratégicas del programa de Gobierno y el mensaje central del mismo: el cambio. Justamente, la denominación de estas estrategias como transformaciones dan esa señal de que lo que busca el cambio. Llama la atención que la visión que propone el PND no parece romper con el arreglo institucional en los distintos sectores, sino un cambio de enfoque que permita el cierre de brechas y la mayor convergencia territorial y social. Los ejes transversales que acompañan dichas transformaciones, además, denotan la intención de entrelazar el gran propósito de Petro -la Paz Total- con los grupos poblacionales y territorios que históricamente han sido discriminados, pero a su vez, con la responsabilidad fiscal y estabilidad macroeconómica.

En todo caso, es importante señalar que la transformación de Seguridad Humana y Justicia Social es por lejos, la más importante para el Gobierno nacional. La asignación presupuestal para esta transformación tendrá más del 60% de los recursos que se pretenden invertir en todo el cuatrienio, recursos que en total ascienden a $1.154,8 billones de pesos.

Respecto a las cuentas que desde el Gobierno se proyectan para estos cuatro años, el Plan establece que se espera un crecimiento económico de 1,3% en 2023, de 2,8% para 2024 y 3,6% para 2025 y 2026, impulsado por los sectores de agricultura, industria y servicios. Se pretende, además, impulsar un aumento de la productividad entre 0,1 p.p. y 0,6 p.p. a 2026 y se espera que, a partir de la implementación de las diferentes políticas y transformaciones, se logre la generación de 1,7 millones de empleos, en su mayoría formales, en el período 2023-2026.

Ahora bien, a partir del documento presentado al Congreso, se evidencia la aproximación hacia un Estado más grande, con mayor capacidad fiscal y burocrática, a la orden de atender las necesidades de distintos grupos poblacionales. Desde el punto de vista económico, llama la atención el cambio de enfoque que pretende -a contramano de sus antecesores- capitalizar instituciones y empresas públicas con miras a fortalecer dicho aparato estatal, pero se resalta que la estabilidad macroeconómica funge como un articulador de todo lo propuesto, justamente, para evitar descompensaciones macroeconómicas.

Finalmente, la ambiciosa agenda transformadora tendrá su principal reto en, justamente, lograr transformaciones reales en los territorios que permitan colmar las altas expectativas que el proceso de construcción del Plan levantó. El Congreso, además, tendrá el desafío de modular algunas de las propuestas y establecer muy claramente los ejes estratégicos y proyectos prioritarios, y no circunscribirlos a necesidades inmediatas que tal vez den réditos políticos en el corto plazo, pero que no contribuyan a un ejercicio de planeación de largo alcance.

Dado el contexto político y legislativo que acompañara la discusión del Plan, es importante ver cómo este Plan pretende sembrar las bases de lo que se puede anticipar respecto a las transformaciones que también se pretenden adelantar – en paralelo- a los sectores de la salud, pensiones, trabajo, entre otros. Por ende, el principal reto institucional será el de establecer -vía la discusión del articulado- esa viabilidad normativa y jurídica que permita establecer muy claramente el papel de cada una de las instituciones del Estado a lo largo de este cuatrienio y de esa manera, evitar la concentración de poder y toma de decisiones en unos pocos.

En definitiva, el país que propone Petro tendrá entonces, que encontrar su punto de encuentro con el país que propondrá el Congreso. ¿Será el mismo?

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